jueves, 22 de enero de 2015

Elena Fortún y Matilde Ras. El camino es nuestro. Nuria Capdevila-Argüelles y María Jesús Fraga (compiladoras). Fundación Banco Santander. Madrid, 2014.

Presentación.
Instituto Cervantes. Entrada C/ Barquillo, 4. Miércoles 21 de enero de 2015. 19:30 horas
Presenta Francisco Javier Expósito y da paso a

Almudena Grandes:

De pequeña fue fanática de Celia, destrozó los libros de su hermana, pero no conocía su cara, nunca la había visto ni se había preguntado por la autora. Porque en Elena Fortún (1886-1952) se da ese caso, tan común en literatura, en que el personaje "Celia" es más grande que el propio autor que se veo obligado entonces a disfrutar del éxito vicariamente, porque el éxito fue de Celia. 
Elena Fortún tuvo el indudable mérito de ser el escritor republicano de mayor implantación en la España franquista. Fue una escritora genial de literatura infantil que equivale a decir que fue una escritora genial. De esta compilación Grandes destaca sobre todo el relato "Nací de pie" y el haber dado la dimensión humana, adulta y con vida verdadera, marido, hijos, exilio. Porque a los lectores de Celia los textos relativos a ésta sólo pueden confirmarles algo que ya sabían. 

El intento de ahondar en la relación muy peculiar que hubo entre ellas y de penetrar en la homosexualidad que pudieran tener. Fueron señoritas del Lyceum Club, de aquellas que recogió Manguini en Las modernas de Madrid y que Concha Méndez describía con "las maridas de sus maridos", que repetían allí lo oído en casa. Como escritora, Grandes estaba familiarizada con Concha Méndez, con Constancia de la Mora, que vivieron de forma más desacomplejada la modernidad por no haber tenido que luchar con un demonio interior, por no haber soportado una revolución íntima. Fortún y Ras hallan en el armario ese juego de esconderse y mostrarse.
La fortuna del título, "El camino es nuestro" viene de la afirmación de la propia sexualidad, del propio cuerpo, alude a que somos responsables de nuestras elecciones aunque Dios disponga en última instancia de nuestros destinos.
Este libro coincide con la idea de Grandes de que la literatura debe servir para hacer que los lectores se planteen preguntas y desarrollar en ellos el tan cacareado "pensamiento crítico" y es que éste es un libro que provoca muchas preguntas.
Y le han entrado ganas de volver a comprar sus libros y releer a Celia, de la que solo conserva una edición comprada ya mayor de los años 80.
La opción de Matilde Ras, con ese Noli me tangere (No me toquen) con la elaboración de la propia soledad con valentía supone también una singularidad en esa vivencia de la modernidad.

Maxim Huerta:
Su intervención ha sido muy limitada, destacar lo fácil que resulta ahora ser moderno frente a estas autoras que tuvieron que vivir el lesbianismo escondido, enfrentar el catolicismo, su deseo de dejar de ser analfabetas, la tantas veces repetida combinación española de católicismo y republicanismo que vivió su abuela y que nos enseñan que debemos vivir con menos prejuicios. De todas sus dificultades hicieron cocido intelectual, emocional y literario. Y enseñaron, en el caso de Fortún, que no son inocentes los niños.

Nuria Capdevila-Argüelles: 
Recogió el comentario de Maxim "quisiera ser JOsephine Baker ahora mismo, con vestido de plátanos" para recordar a uno de los personajes de Elena Fortún, Matonkiki, cuyo nombre derivaba de la canción de Baker "Ma petite Tonkinoise".Recalcó que la generación de modernas a la que pertenecían fue importante por haber tenido conciencia de grupo. Su recuperación es el descubrimiento de la parte sumergida del iceberg.
Escribían a diario. Eran disímiles en formación porque Elena Fortún era hija de analfabeta y siempre vivió la literatura, a la que llegó tarde, con la sensación de ser una ciudadana de prestado. Matilde Ras era hija de una traductora que se llamaba como ella, se formó exquisita y cosmopolitamente, viajando a Francia y alcanzando una erudicción que Fortún admiraba.
Ras en cambio admiraba la amenidad y frescura de Fortún. Convivieron juntas en la guerra y les separó el exilio en Argentina y Portugal respectivamente. La ciudad, a la vuelta, se
llenó de fantasmas. Hay que recordar que las mujeres son los grandes fantasmas de los proyectos de la modernidad como recuerda María Campo Alange en La mujer española, cien años de historia.
A Fortún y Ras les pasó como a Carmen Baroja, que ya eran mayores cuando llegó esa modernidad. Antes fueron señoritas decimonónicas con moño y de ahí pasaron al traje sastre y el pelo corto.
Ras se atrevió a vivir sola, a ser rara, tuvo una sed insaciable de conocimientos toda su vida y experimentó mucho dolor ante la escritura, que no terminaba de ser lo que ella quería.
Pero ambas continuaban escribiéndose y queriéndose, a diario.

María Jesús Fraga:
Ambas tenían un registro literario amplísimo, como esos cantantes que abarcan tres octavas. Destaca su compromiso, la búsqueda incesante en Fortún de una espiritualidad que la colme, el afán divulgativo de esa Institución Libre de enseñanza a la que llevaba a sus hijos. Sus textos divulgan arte, historia natural, la convierten en heterodoxa y subjetiva.
A Ras la grafología le dió de comer, la literatura no, por lo que la parte alimenticia se llevó a la otra.
Ambas tuvieron una relación enorme con el periodismo, se conocieron en Abc, Blanco y Negro porque compartían edificio.
Ante sus biografías cabe exclamar ¡Qué rara es la vida! ¡Qué rara es la muerte! en ese contraste entre el materialismo de Ras que sabía que no había una vida tras la muerte y aún así buscaba algún consuelo y Fortún que basculó entre el catolismo y el espiritismo, teosofismo para volver al catolicismo sin hallar una salida a ese afán espiritual.
¡Qué buena es la vida si las podemos recuperar!










miércoles, 27 de agosto de 2014


John Baunville, aka Benjamin Black (1945)




John Baunville es un novelista irlandés que cuando escribe como Benjamin Black es heredero de una gran tradición anglosajona, la que va de la novela enigma a la novela negra y en ese sentido no parece haberse saltado ninguna de las etapas precedentes. No obstante, aunque la decisión de dedicarse a la escritura la tomó a los 12 no optó por el camino de la filología y la universidad, sino que como un grumete moderno probó la emancipación familiar trabajando a bordo de Air Lingus. Batió luego su escritura en tareas periodísticas hasta iniciar a los 25 una carrera literaria muy prolífica que se vió consagrada en 2005 con el Booker Prize. Esa prolífica capacidad se vió necesitada de un desdoblamiento en otro escritor, un alter ego encomendado tan solo a la tarea de la novela negra. Y aunque ese alias de Benjamin Black pudiera desanimar por su falta de seriedad, ésta no se traslada al texto. Baunville ha alcanzado tal madurez que puede escribir compulsivamente en tres meses una buena novela negra. Y ese torrente, que le alivia de los perfeccionismos a los que se obliga cuando firma con su nombre real, le ha valido la estima del exquisito Javier Marías y el disputado título de escritor canalla de Irlanda. Pero sobre todo, el gran elogio hecho por los herederos de Raymond Chandler al encomendarle una nueva aventura de Philip Marlowe que ha salido al mercado con el título de La rubia de ojos negros. Y es que, este escritor que parece haber renunciado a los ocho años a sonreir mostrando su dentadura, posee un sentido del humor a la altura de cualquier detective de la época dorada.
Puesto que Benjamin Black posee ya edición de bolsillo en la colección Punto de Lectura de Santillana Ediciones me veo en la obligación de advertir del irrestible poder subyugador de esta serie. Aquel que la comience se verá impelido a su lectura completa. 

El secreto de Christine (Christine Falls, 2006)

En esta novela se presenta Quirke, el patólogo forense cuarentón, estropeado por la ingesta masiva de alcohol durante más de dos décadas que protagoniza la serie. Quirke no puede evitar llegar hasta el fondo de la misteriosa muerte de un cadáver que su hermano adoptivo, el ginecólogo Malachy Griffin, ha usurpado de su territorio, la morgue del hospital de la Sagrada Familia. Esa intromisión profesional delata la rivalidad entre ambos y determina la implicación de su familia en el fin de los días de una joven de campo venida a la ciudad. A partir de ahí comienzan a aparecer el resto de personajes, la sobrina Phoebe malcriada por Quirke, su cuñada Sarah (verdadero y frustrado amor de Quirke y hermana de su difunta esposa Delia), su padre putativo, el gran juez Garreth Griffin que lo prohijó sacándolo de las oscuridades de la institución para huérfanos Carricklea que marcó su psique a fuego y el Dublin de los años 50 que recrea toda la serie. El desarrollo de la trama lleva los protagonistas de vuelta a Boston, origen del cisma familiar, y donde el autor logra en una página una semblanza de la presencia irlandesa en la mancomunidad de Massachusetts digna de un libro de historia. Allí el patriarca Josh Crawford, amigo de la infancia del Juez Griffin y su joven mujer, completan el desmochado árbol de la familia. Y también allí logra Quirke completar las piezas del puzzle gigantesco tejido en torno a la difunta Christine Falls.

- Whisky - dijo Quirke -. Se llama whisky, Mal. Se destila a partir de ciertos granos de cereal. Te embriaga.
...
 - Novedades, bien, veamos...Tenemos un conjunto completo de huellas dactilares, como es natural, y un par de rizos de cabello. Ah, y la colilla de un cigarrillo. De la marca Balkan Sobranie, reconocí la ceniza nada más verla. Y la mano de un mono, un amuleto que tuvo que dejar allí alguien de origen oriental, casi con toda probabilidad un marino procedente de la India.

Descripciones plenas de colores que no desmerecerían a Chersterton y guiños a Sherlock en los diálogos del inspector de homicidios Hackett que se convertirá en el confidente de Quirke hacen de este libro una novela que excede las exigencias del género negro para ofrecer un pedazo genuino de buena literatura.







sábado, 2 de agosto de 2014

Blanca Álvarez (1957)

Blanca Álvarez es una escritora asturiana, filóloga hispánica diplomada en trabajo social y que ha estudiado también derecho. Cobró notoriedad con el Premio Cálamo de poesía erótica, biografió a otra mujer de difícil clasificación como es la escritora Corín Tellado y ha compaginado la escritura con el periodismo. De la novela de adultos dió el salto a la novela juvenil en la que ha desarrollado una amplia y premiada trayectoria.

El club de los asesinos limpios (2005)
Es un libro indicado para lectura a partir de los 14 años porque se estructura como una novela negra donde no se orillan aspectos poco agradables de la sociedad que requieren de cierta madurez de comprensión. La entrada en coma de su tío notario proporciona al adolescente Antonio, aficionado como su padre a la novela enigma y aspirante a escritor, la ocasión de poner en práctica todo lo aprendido en sus lecturas. Eso le hará tomar contacto con la realidad más depauperada de los inmigrantes de su ciudad y con las mafias que rodean la especulación inmobiliaria.

- La ley es igual para todos.
- Puede que esté escrita de igual manera  para todos, chico rico, pero no se aplica del mismo modo. Para eso se han inventado los agravantes y los eximentes.
                                                                   

martes, 10 de septiembre de 2013

Audur Ava Oláfsdottir (1958)

















Rosa Cándida (2007)

Audur Ava Oláfsdóttir es una escritor islandesa profesora de historia del arte y directora de un museu universitario que saltó a la fama a raíz de ésta, su tercera novela. Reflexionó primero sobre la experiencia femenina y producto de ello es su novela La mujer es una isla (2004) pero éste no fue sino un punto de partida para una visión comprensiva y humanista de la mayoría de coincidencias sobre La excepción (2012), título de su última novela. Y es porque probablemente el tema que más interesa a esta escritora que posee una d en su primer nombre con forma de rabel es la búsqueda de la propia identidad que compartimos todos los seres humanos. En el caso de Rosa Cándida esa búsqueda la emprende un joven islandés de 22 años llamado Arnljótur, huérfano de madre de la que heredó su amor por las plantas y el invernadero, que ha sido padre de una hija - Flora Sol - como consecuencia de un acceso pasional durante la mitad de una noche con Anna, la novia de un amigo. Arnljótur, aunque apuntaba dotes de lingüista, lo único que quiere es ser jardinero y ofrece sus servicios a unos monjes para recuperar una antigua rosaleda histórica. Parte de la novela es ese viaje hacia la rosaleda que va a organizar su existencia mientras se busca a sí mismo, las vicisitudes de salud, diversas compañías que acaecen mientras cruza tres fronteras por lo que se intuye que su destino es Finlandia. La segunda parte de la novela trata de su convivencia con los monjes, en especial el cinéfilo padre Tomás cuyas buena intenciones como guía sobre las preocupaciones de Arnljótur (muerte, cuerpo y plantas) generan momentos como el que describe este diálogo:

 "- Se menciona el cuerpo en ciento cincuenta y dos lugares de la Biblia, la muerte en doscientos cuarenta y nueve pasajes, y las rosas y otras plantas de jardinería en doscientos diecinueve. He recogido estos pdatos para tí, lo que más tiempo llevó fue lo de las plantas: higueras y viñas están repartidas por todas partes, lo mismo se puede decir de las frutas y de toda clase de semillas."

También las interacciones con las gentes del pueblo y otra convivencia que no espera. Hay muchas reflexiones sobre la masculinidad actual, la destrucción de prejuicios de qué actividad es propia de qué sexo y de la asunción de la paternidad en función de las respectivas habilidades. Hay muchos personajes masculinos entrañables y sobre todo muchas relaciones humanas preciosas que determinan los destinos individuales. La prosa de Oláfsdóttir es además rica en sinestesias lo que convierte la lectura en un festín.

 

sábado, 26 de enero de 2013



 Mathias Malzieu (1974)

Fue y es cantante y compositor de canciones para su grupo Dyonisos fundado en 1993 en Valènce con sus antiguos compañeros de instituto. En 1997 se les une la cantante y violinista del grupo Babet. Como escritor publicó un compendio de relatos cortos titulado 38 mini westerns avec des fantômes (2003) seguido de una novela Maintenant qu´il fait tout le temps nuit sur toi (2005) marcada por la muerte de su madre y dedicada a su hermana Luisa. Su segunda novela es La Mécanique du coeur (2007). Idéntico título tenía el album del grupo Dyonisos que con letras de Malzieu se edita ese año y en el que también se pueden disfrutar las colaboraciones con Olivia Ruiz, novia de Malzieu e inspiración para el personaje femenino principal de esa novela. La novela trata de Jack, un niño abandonado por su madre adolescente que es criado por Madeleine, partera de mujeres en apuros, en la casa de una colina alta en Edimburgo. Una prótesis en forma de mecanismo relojero condiciona su supervivencia y modifica irremisiblemente su concepción de la vida.

Al igual que Harry Potter encuentra a Nicolas Flammel, el pequeño Jack recluta a un desorientado Mélies antes de partir hacia Andalucía en busca de la petite danseuse: 
"Me hace falta viajar, en sentido propio y figurado; 
No voy a dejarme aplastar eternamente por la melancolía. ¡Un enorme banquete de aire fresco, 
he aquí lo que vamos a procurarnos!"

Esperemos que Luc Besson haga finalmente una película con los derechos que compró a Malzie y con su concurso como guionista y co-realizador. Mientras, queda el gusto de ver su vídeo-clip con el gran Jean Rochefort:
https://www.youtube.com/watch?v=RxIDBz1AGAs

jueves, 17 de enero de 2013

George Sand

 George Sand (1804-1876) es el seudónimo de Amandine Aurore Lucile Dupin, escritora ilustre y archiconocida del siglo XIX tanto por su prolífica obra como por su libérrima existencia, facilitada por haber venido al mundo en el seno de una familia acomodada. La posesión de fortuna propia y el coraje excepcional propio de ignorar la opinión ajena hizo que desarrollase su existencia a medida de sus deseos a diferencia de muchas coetáneas. 
En su novela Támaris (1862) comenta con ironía lo que esperan los escritores de sus personajes femeninos:
"Los novelistas, hijo mío, no gustan de poner en escena a las mujeres verdaderamente fuertes y virtuosas; temen que las juzguen inverosímiles o fastidiosas. La novela necesita dramas y emociones, y, por consiguiente, personajes que se presten a ello por naturaleza a toda costa; pero la novela es una cosa convencional, y el arte quizá dejaría de parecernos arte, si quisiese ser gobernado exactamente lo mismo que la vida." 

Más información:
http://es.wikipedia.org/wiki/George_Sand
http://foro.elaleph.com/viewtopic.php?p=694843

martes, 15 de julio de 2008

Estíbaliz González

Hola a quien sea, para arrancar con este blog de historias de otros una pequeñita propia: conocí hace más de diez años como condiscípula a una chica cántabra de la que luego no volví a saber, llamada Estíbaliz González y de la que recuerdo dos cosas: que tenía la virtud de hacer la mejor quesadilla que he probado nunca y una aficción, leer y después de haber leído anotar sus párrafos e incluso sus páginas enteras favoritas de los libros en una suerte de cuadernos que pronto se convirtieron en legión...para ella va, donde quiera que esté el brindis inicial de este blog. Porque Lecturas felices será ese espacio para la gourmandise del lector, un reader´s digest pero más digerido, más feliz...

Julio Camba




izq. Khedive Ismail

centro. Ferdinand de Lesseps

dcha. Lord Palmerston

Ya me alegra empezar con un gallego...

Julio Camba (1882-1962) contó con este gracejo cómo se construyó el Canal de Suez:
[..] Ya saben ustedes que Inglaterra no veía con buenos ojos el proyecto de Lesseps, considerándolo como un ardid de los franceses para acercarse al Oriente. Lord Palmerston enviaba uno tras otro toda suerte de emisarios al Cairo para impedir que el khedive autorizase las obras pero, como dijo Talleyrand, no hay medio de hacer una buena política con una mala cocina y los diplomáticos ingléses carecían en absoluto de imaginación culinaria. El khedive estaba ya harto de asados al horno, a la brasa y a la llama; de verduras cocidas, de papillas y de confituras, cuando recibió un día en su palacio una cazuela de macarrones que sabían a gloria. Era un presente de Fernando de Lesseps, quien, conociendo la debilidad del príncipe por la pasta sciutta, se había provisto, a su paso por Italia, de un cocinero digno de Lúculo. Desde aquel día memorable, el canal de Suez pudo considerarse ya como cosa hecha. El khedive empezó a dar de lado a los ingleses y se pasaba la vida en casa de Lesseps comiendo macarrones a todo pasto: macarrones al sugo, macarrones al burro, macarrones al pomodoro, macarrones a la boloñesa, macarrones al gratin, etcétera, etcétera, hasta que, en el optimismo de una de aquellas formidables macarronattas, se decidió, por fín, a autorizar la construcción del canal. [...]




Leer más en CAMBA, Julio. Haciendo de República. Ed. Completa, Luca de Tena Ediciones, Madrid, 2006.
http://www.juliocamba.com/
http://es.wikipedia.org/wiki/Julio_Camba
http://www.arrakis.es/~corcus/republica/articulos/camba011934.htm